Todos estamos llamados a tener una conducta ética. Es decir, necesitamos enmarcar nuestro accionar dentro de parámetros morales que nos ayuden a guiar nuestra vida por el camino bueno. Las empresas, hoy más que nunca, deben esforzarse por tomar decisiones siempre desde la perspectiva correcta, la que trae mejores beneficios a los clientes y los colaboradores que trabajan en el organización brindado los productos y servicios. En los últimos años, hemos visto muchos casos, algunos muy sonoros desde el punto de vista mediático, que nos han demostrado el gran daño que se puede hacer cuando los directivos no obedecen un código de conducta ética.
Con el desarrollo de la IA, surgen grandes desafíos éticos que las organizaciones deben tener en consideración. Se deben establecer ciertas normas a la hora de delegar en los sistemas de IA, procesos de toma de decisiones que realizaban los seres humanos. En este sentido, les proporciono algunos datos a tomar en cuenta:
- 95%: Porcentaje de los directivos de empresas que creen que la ética es un factor clave para el éxito de la IA. (Fuente: Deloitte, 2023)
- 63%: Porcentaje de los consumidores que creen que la IA debe ser diseñada con principios éticos. (Fuente: McKinsey, 2022)
La UNESCO declaró, en el año 2022, que “la ética es la brújula que nos guía en la toma de decisiones. Sin ética, la IA podría ser utilizada para discriminar, manipular o incluso dañar a las personas”. A la hora de adaptar o implementar soluciones de IA en nuestras empresas, debemos verificar, comprobar o acreditar su funcionamiento de acuerdo a normas éticas preestablecidas, definiendo sus límites y alcances. Un ejemplo fue lo sucedido con un gigante tecnológico, que implementó un sistema de selección y reclutamiento operado por IA, pero luego se vió obligado a detenerlo, porque estaba aplicando un sesgo algorítmico favoreciendo a los hombres por encima de las mujeres a la hora de recomendar contrataciones de personal.
Los gobiernos también deben establecer polítcias públicas y definir marcos legales que impidan que las IA pueda hacer un mal uso de los datos de los ciudadanos. Un ejemplo es lo que ha hecho la Unión Europea que en el año 2023, adoptó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Este reglamento establece normas estrictas para la protección de los datos personales, que también son aplicables a los sistemas de IA.
Las organizaciones deben asumir los cambios y definir planes que permitan adoptar las nuevas plataformas tecnológicas basadas en IA, pero siempre desde una perspectiva ética que asegure un uso bueno de dichas novedades digitales.
A continuación, un informe académico sobre inteligencia artificial y ética que espero te sea útil: Ética e Inteligencia Artificial.