Al iniciar el año nos embarga un sentimiento de optimismo al saber que el gobierno ha dedicado el año a la innovación y a la competitividad. Los países no pueden lograr niveles de desarrollo que impacten positivamente la vida de las personas sin innovar para competir mejor en el mercado global. Dentro de un amplio abanico de sectores donde propulsar dicha innovación, nos parece que el tecnológico es un pilar fundamental para mejorar de manera significativa nuestra competitividad.
Una de las claves fundamentales de la innovación tecnológica es la educación. Hay una relación directamente proporcional entre el nivel educativo de los ciudadanos y el nivel de competitividad país. Dentro de los diferentes tipos y niveles educativos, la educación técnica y tecnológica es la que mejores empleos produce.
También es importante apoyar el emprendimiento en todas su facetas. Con respeto al tipo de emprendimiento tecnológico hace falta el fortalecimiento de todo el sistema de innovación y emprendiendo con el apoyo de grandes actores nacionales como la Asociación Nacional de Jóvenes de Empresa (ANJE) así como el Viceministerio de Industria y Comercio para apoyo a las PYMES.
Por último, es importante ampliar el marco legal para el fomento de la innovación tecnológica. Ya existen varias leyes y decretos. Quizás estamos en una oportunidad de oro para reorganizar todo el andamiaje legal actual. Se que desde varios ministerios se están haciendo esfuerzos en este sentido. Debemos continuar con dichos trabajos.
En definitiva, estamos en un buen momento a nivel nacional. El motor que impulsa la competitividad nacional es la innovación. La innovación tecnológica entendida como la capacidad de crear nuevos productos y servicios, mejorar los procesos y mejorar los servicios públicos. Con una efectiva alianza pública y privada podemos lograrlo. ¡Enhorabuena para todos en este año de la innovación y la competitividad!