La banca dominicana, y demás instituciones financieras, ha estado haciendo grandes esfuerzos para cumplir las normativas monetarias y aplicar las mejores prácticas para combatir acciones no éticas y de corrupción en la gestión financiera de las instituciones. Nuestro país, con la coordinación de la Superintendencia de Bancos, ha dado pasos de avance en este sentido. Sin embargo, la lucha contra el lavado de activos, por ejemplo, es permamente. Debemos mantenernos atentos a las innovaciones que van surgiendo y como pueden ser de ayuda para crear nuevos estrategias que permitan combatir dicho flagelo.
Una de las grandes tendencias en tecnología financiera está protagonizada por la inteligencia artificial (IA) que se consolida como una pieza clave en la lucha contra el lavado de activos. La IA está redefiniendo el campo de la seguridad financiera, marcando un camino hacia un futuro más seguro.
Según Google Cloud (2023), la IA puede aumentar hasta cuatro veces la tasa de detección de lavado de activos en comparación con los métodos tradicionales. Además, McKinsey & Company (2022) revela que la automatización de procesos con IA puede reducir los costos operativos hasta en un 60%. SAS (2023) añade que la IA permite analizar millones de transacciones en tiempo real, una hazaña antes inimaginable.
Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra, lo expresó perfectamente: “La IA tiene el potencial de revolucionar la lucha contra el lavado de activos, permitiéndonos identificar y prevenir el crimen financiero de manera más efectiva.” Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, y Jim Chalmers, Tesorero de Australia, coinciden en la importancia de la colaboración entre sectores y en el poder de la IA como herramienta contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo.
El caso de HSBC es emblemático. Una prueba piloto de IA de Google Cloud logró detectar entre 2 y 4 veces más actividades sospechosas que los métodos tradicionales. Standard Chartered no se queda atrás, reduciendo las alertas falsas en transacciones internacionales en un 80% gracias a un sistema de IA, según SAS (2023).
En 2025, nos imaginamos un mundo financiero aún más integrado con la IA, donde cada transacción es un hilo en una red global de seguridad y prevención del delito financiero. La IA, lejos de ser una solución mágica, se perfila como una herramienta poderosa y esencial en la lucha contra el lavado de activos. La implementación responsable y ética de esta tecnología, junto con la colaboración entre el sector público y privado, no solo es deseable, sino imprescindible para maximizar su potencial.