Hace unos años, serví a la patria, siendo observador experto en un proceso electoral. La experiencia fue inolvidable. Junto con líderes académicos y profesionales de la tecnología de la información y comunicación (TIC), emitimos opiniones sobre un proceso electoral soportado por la tecnología, en diferentes fases. Desde ese momento he leído y aprendido mucho sobre el tema. Mi perspectiva es siempre tecnológica. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿podemos, algún día, implementar el voto electrónico?
En primer lugar, descrubí que existen certificaciones y acreditaciones para los profesionales que quieran especializarse en el tema. La mayor parte de estas ofertas formativas y de certificación, las realizan organismos internacionales de corte político. Es decir, instituciones que se dedican a fortalecer la democracia en países y regiones.
Una de mis primeras lecciones fue descubrir que la tecnología aplicada a procesos electorales es un tema de expertos en tecnología. Es decir, que no es una disciplina diferente de las que desempeñan los expertos en auditoría de TI, desarrolladores de software seguro, especialista en normas ISO de ciberseguridad, sofware y telecomunicaciones, así como profesionales con experiencia en el mundo de infraestructura física y en la nube. Es decir, que construir un sistema robusto y eficiente no debe ser un desafío superior a lo que enfrentan las grandes corporaciones del planeta.
En conclusión, es fundamental que dejemos a los expertos hacer su trabajo. Ciertamente, no podemos ser ingenuos. Otros elementos no tecnológicos impactan estos procesos que viven las naciones pero, aún mantengo la esperanza de que un día tendremos voto electrónico en nuestro país.